viernes, 6 de julio de 2007

ARTÍCULOS PARA CREAR "MALA LECHE" (1)



Artículos para crear mala leche (I)




Publicado el lunes, 29 de noviembre 2004:

COMENTARIOS LIBERALES
Doce años después
Por Federico Jiménez Losantos El Mundo29/11/04, 08.59 horas


Hace doce años, casi toda España prefirió mirar hacia otra parte cuando la gran movilización política, económica y deportiva de todas las instituciones, sin excepción, consiguió para Barcelona, tras la candidatura olímpica, una soberbia infraestructura y un desarrollo de los Juegos verdaderamente feliz, imperecedero en el recuerdo, pero ese esfuerzo fue agradecido con injurias no menos institucionales en la afortunada ciudad.
Si entonces los desplantes de Pujol y las bofetadas de sus criaturas familiares y políticas al Rey y, en su augusto carrillo, a todos los españoles se hubieran tomado en serio y no como una especie de peaje tan inevitable como el de las autopistas (esas que, víctima de la dictadura franquista, Cataluña tenía y España no) o como el descalabro presupuestario para pagar Barcelona 92, a lo mejor nos habríamos evitado la última afrenta de Carod Rovira.
Porque cuando Madrid aspira a conseguir para el 2012 lo mismo que Barcelona, como ciudad española, logró veinte años antes, el actual hombre fuerte de la política catalana, sucesor de Pujol en el chantaje y en la humillación permanente al Gobierno de España y a la nación que se supone representa, ha llamado públicamente al boicot a la candidatura madrileña. Y hoy resulta ya más difícil mirar hacia otro lado. Pero se mira. Hace muy pocos días, el presidente del FC Barcelona permitió a las juventudes de CiU la instalación en lugar preferente del Nou Camp, para que fuera vista en más de ochenta países gracias a TV3, la pancarta «Catalonia is not Spain», hermana de aquel «Freedom for Catalonia» que en 1992 los nenes de Pujol pasearon ante las televisiones del mundo.
Laporta dice que esa pancarta, que niega la legalidad española y la propia liga de fútbol que permite el Madrid-Barça, representa la opinión de una mayoría de catalanes. No es verdad y, aunque lo fuera, resultaría igualmente ofensiva e ilegal. Pero prueba una verdad que, doce años después, seguimos sin afrontar: que son los dirigentes políticos, culturales, deportivos y periodísticos de Cataluña los que, al margen del deseo de la mayoría, fácil de cambiar, se muestran ya abiertamente separatistas.
Y se entiende: les sale gratis en el resto de España y les procura dentro de Cataluña ese salvoconducto nacionalista sin el que nada rentable es posible. Carod, el caudillo de ERC que pactó con la ETA en Perpiñán que todos los españoles siguieran siendo asesinados salvo los catalanes, no ha sido expulsado por higiene moral de la política, sino que manda más que nunca en la de Cataluña y España.
Gracias a los socialistas de allí y de aquí; gracias al apoyo que una mayoría de medios de comunicación, con los de Polanco y RTVE a la cabeza, dan al separatismo siempre que sea de izquierdas; y gracias a la inhibición casi total de la opinión pública. Y es que, doce años después, España está en las últimas.

CONCLUSIÓN:


El señor Jiménez Losantos (perdón por lo de señor) tiene un odio infinito a todo lo que suene parecido a catalán. Desconozco la razón, pero creo que tampoco importa, porque ante las personas inteligentes él solito se califica. En este texto y en muy pocas líneas, el Fede (como habitualmente se le conoce) carga contra Cataluña, los catalanes, Jordi Pujol, CiU, ERC, Carod Rovira, los juegos olímpicos de Barcelona, la propia ciudad de Barcelona, el F.C. Barcelona, su presidente, TV3, RTVE, Polanco, el partido socialista, las juventudes convergentes, el Gobierno de España, el libre pensamiento, la diferencia de opiniones... Y después de cargar contra tantas personas y entidades en tan pocas lineas, aún le queda espacio para falsear la realidad de las infraestructuras que se crearon para Barcelona 92, que el estado le debía a la ciudad desde hacía más de treinta años y que al final, como siempre, pagaron sólo los catalanes, mientras el dinero del país, sumado a otra parte más del monedero catalán, se repartía en la Expo de Sevilla y la capitalidad cultural de Madrid, acontecimientos de posterior adjudicación y que, sobre todo en el caso de Madrid, necesitaban de menores infraestructuras, pero que gastaron bastante más que la ciudad condal, con un AVE incluido.
Yo les ofrezco aquí unos datos cuya veracidad pueden verificar fácilmente, pero el Fede se limita a soltar sus falsedades como balazos en los pies, criminalizando, con sus mentiras, a todo un país.
Personas como el Fede son las que llevan siglo y medio cambiando el valor de España por el de la "españa castellana" (en este caso no se refiere a Castilla sino a los que, como los franquistas, igualan el termino "español" al de "castellano") una igualdad que sólo está en el primitivo cerebro de los nacionalistas de tierra adentro como él. Bajo este modo de pensar, no es de extrañar que ante la imposibilidad de la España plural, los pueblos que componen esta nación y no cumplen su estándar cerril, opten por un nuevo ideario de independencia. Si España no puede ser una tierra de hermanos es mejor que tampoco la sea de esclavos, pero eso no lo quiere entender el "amito" Federico mientras restaña de nuevo su látigo.
Digamos de paso, que el señor Carod hizo mal en su arenga contra la candidatura olímpica de Madrid, sin duda es tan poco reflexivo como el propio Fede, salvo por un detalle, él, Carod, si supo pedir disculpas, del Fede, no sólo llevamos 30 años esperándolas, sino que en ese tiempo ha seguido insultándonos a diario y decorándonos con sus mentiras. El señor Carod ha tenido más suerte, pues los propios tribunales de la España castellana condenaron al Fede a indemnizarle por sus calumnias.
También habla de desplantes de Jordi Pujol al rey Juan Carlos, cuando son amigos personales y que, en Cataluña, se les ha podido ver juntos muchas veces comiendo en lugares como el restaurante Hispania de Caldetas. Nada cuenta el Fede de los verdaderos desplantes al rey de su idolatrado José María Aznar.
Que España se rompe o que está en las últimas, es algo de fácil solución, con sólo cerrar la boca al Fede y algún que otro nostálgico del franquismo sería suficiente, pero nosotros no podemos hacer eso, creemos en la diversidad de ideas y en la libertad. Lástima que él solo crea en la mala leche.